He buscado un instante de reposo entre las palabras,
orientar mi vida,
acariciar tu cara,
sobrevivir sin tregua al espejismo de tu mirada,
en este aislado desierto
donde tu imagen estática se inclina y se inclina,
y donde tu rostro fugaz, amable y deshabitado,
insiste en enamorarme
cada vez que el limbo de mis labios
pronuncia con desconsuelo
versos sin aurora, sepultados,
oficios de vagabundos
con carnet de escritores ausentes,
pronombres acalorados en el origen de tu futuro,
sin saber si las estrellas
cobijaran desteñidas,
lagrimas de verano asustadas,
vértigo de flores tranquilas,
brazos donde el insomnio habita,
vieja ribera sin ruidos, margen invisible.
Siento sueño... al cobijo de tu amor,
siento sueño, contra tus labios,
y de repente... siento sueño
y ya estoy dormido.
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