Pierdes, te levantas y pierdes,
te despiertas y pierdes,
te lamentas y pierdes... Siempre pierdes.
Las palabras ya no sellan esa boca que te rozaba cada madrugada,
los gemidos ya no aíslan tu cuerpo del amanecer discreto de otro beso
mientras el mundo observa y el tiempo pasa,
las imágenes ya no modelan tu cara, no moldean el suave murmullo de tu pelo,
no se abrazan a los ahogados sonidos
que tu semblante pronunciaba cuando todo estallaba por los aires
y el amor se desnudaba entre la niebla de esos ojos dormidos por los sueños,
perdidos por el placer de sudarnos juntos, de amarnos juntos, de sofocarnos juntos
empapados en deseo.
Pierdes, te levantas y pierdes,
te despiertas y pierdes,
te lamentas y pierdes... Siempre pierdes.
Y tus lagrimas se pierden, y tus manos no me encuentran,
y cada amanecer el sol se dispersa y el día pierde,
y mis besos se pierden
y ya jamas te encuentran.. .
Y el vacío es ese lugar donde vivimos ahora,
ese paraíso que nos arrebataron con los sueños que nunca soñamos,
con los deseos que nunca quisimos,
con las mentiras que en días como hoy se convirtieron en la verdad,
la que no existe y si embargo,
gobierna mi mundo.
Pierdo,
aposte a que perdería y el bullicio ahoga las versos que no te recitan,
los poemas que no te escribo, las caricias que no te pronuncio,
las frases que ya no se tatúan como antes a tu pecho.
Pierdo, aposte a que perdería como el que arriesga sin temor,
como el que baila cada noche por ese fino alambre
donde los sueños se rompen y las rutinas se esconden,
como ese tahúr que se juega hasta los milagros,
aposte de nuevo a que perdería y otra vez he vuelto a ganar.
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