Volver a las canciones tristes,
a los silenciosos gritos que se ahogan en mi garganta
sin poder replicarle a la noche ningún motivo acostumbrado y sutil.
Abandonar las horas,
días de sonora soledad donde acunar mi origen diminuto,
donde volver a ser el niño feliz que siempre fui,
donde estudiar la geometría de las palabras,
para colocar los ángulos rectos tras la columna del olvido,
días en los que oscurecer la vida entre dosis de infinita melancolía,
y tiempo donde el tiempo son minutos que parecen días,
y tanto dolor que se para, se recrea, se encoge y agarra a mi corazón.
Volver a volar,
con las alas rotas
sin la seguridad de saber si el vuelo se mantendrá arriba por mas tiempo,
con el secreto despistando a la vida para no preocuparla
y la distancia precavida entre las manos
decidiendo si seguir con ella,
o dejarla reposar sin mas….
Hasta que la vida me diga, o no me hable, o no responda, o no este,
o quiera tenerme para seguir sin vida.
Se estremece bajo su piel socabada por la tristeza y las lágrimas imborrables,
ResponderEliminarRuge su sexo, salvaje, suplicando calma,
amarrándose al pliegue de las sábanas que lo cobijan,
La vida le pide a gritos que salga de su escóndite,
La locura, la noche, las cuatro de la mañana, en su cama, en su mesa, bajo sus palabras.
Un día tras otro, entre la niebla, y se esfuma, y se pierde, y empieza otra vez, otra vez, otra vez.
Me gusta lo que haces, lo que dices Almasy, te leo aquí, o allí.
Es una radiografía perfecta de muchas noches, de muchos desconsuelos, de muchos deseos insatisfechos, inacabados, ocultos, desordenados, fugaces, sin equilibrio, enajenados por la melancolía... . Escribes muy bien Anonim@. Me gustaria saber donde poder leerte. Gracias por tus palabras...
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