Para que escribirte
si en tu alma ya solo anidan sombras con mi nombre.
Para que esperar el abrazo,
Si tus brazos ya no aprietan,
Si tus manos compadecen,
Si tus labios ya no saben a mis labios.
Para que buscar culpables,
Si los días son lamentos de otros días
Y los recuerdos están en peligro de extinción.
Para que buscar motivos,
Si los pasos semejantes no circulan por mi gélido camino.
¿Para sentir vacío,
Si las palabras son certeras y los silencios
Solo son latidos?
Para que escondernos del distraído amor
Del cristalino ejemplo de dulzura y caricias,
Del que recuerda la ausencia, del que todo lo controla
Para que mentirle
Para que negarle,
Si su brillo es tu esencia,
Y su voluntad es la tuya.
Caminaba con seguridad
Su mirada se fijo en mis lagrimas
Media sonrisa como mi media muerte,
Pisoteando mi origen
Sentado ahora entre mis sombras.
Para que buscar el hueco tibio
En el lado de la cama
Si esta dolorido y seco,
Ocupado y deformado
Por el cuerpo del vacío.
Su sueño.
Mi destino.
Para que escribirte si las palabras son gritos,
Si la locura te duele
Si mis lamentos te estorban
Para que el amor,
para que los sonidos que te elevan a la gloria
Dímelo tu.
Para que me nombras
Si tras la puerta, un sonido, mi zozobra y tu olvido.
Para que me nombras
Si las mismas manos acarician otras manos
Iluminan otros labios
Originan otra vida.
Para que escribirte versos de amor
Si tu también los escribes
Si tu también los recibes
Si tu también los vuelves a escribir
Versos escondidos, dulces y de inquietante contenido
Versos envidiados que yo jamás recibiré.
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