Frío, calor, agua, espuma, dolor,
esquinas donde refugiar la inocente perdida,
la delicada estancia donde el amor genera duros y repentinos sonidos en los que descubrir el silencio,
instantes en los que abandonar sin ser vistos… .
Cuando el viento se calle y las sombras se hagan luz,
cuando los desiertos de lugares llenos de ojos vigilantes cierren sus puertas y los segundos sean solo nuestros,
y esos sentidos entre los que nadie palpita
y esos lamentos donde todo se mueve al ritmo oculto de cualquier respiración.
Y el mundo se acaba, y la oscuridad de nuestros labios nos abraza, y el mundo se acaba, y ya no queda nada.... .
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