Repasaremos sin miedo los
títulos que nos prohíben,
las distancias que nos dominan,
los espejos que nos reflejan
una realidad que nos describe
en párrafos de perfecta
armonía.
Repasaremos las medidas
tomadas
los adjetivos memorizados,
las alternativas promesas por
si fallan las suyas,
por si no queda ninguna,
y casi en un instante de
indisciplina
rodearemos las dudas,
abrazaremos con devoción las
estatuas inquietas
que se sitúan en la explanada
de la rutina
Repasaremos
la consciente melodía que
tatareamos entre susurros
al corazón que nos domina,
y asombrados, asistiremos a la
creación de los refugios
donde la solitaria disciplina
invitara al mágico consuelo a
recibirte esa tarde.
Dejaremos de ser la mejor de
las obras,
el mejor de los sonidos,
la mejor de las canciones que
hablaban de ti.
Seremos la incompleta novela,
la inacabada película,
el verso imperfecto.
Repasaremos con alivio y
tristeza
la lista de las cosas vacías
lo que fuimos y dejamos de ser,
lo que los sueños nos dieron
y la vida, implacable realidad,
nos ahuyentó con la compasión
de los tranquilos días de verano.
Repasaremos,
las alabanzas prohibidas por el
amor que sin duda
alcanza tu silencio.
Hace más de diez años que los veranos son agobiantes. Este, nos ha dado una tregua, y hemos sonreido como antes.
ResponderEliminarYo recuerdo muchos veranos de ilusión con mi familia en Cadiz, en Cantabria, Asturias y tantos otros lugares. También algún verano lleno de colores y significados. En este he tenido de todo. Subidas y bajadas...
ResponderEliminarMe alegro de que hayas tenido esa tregua y ese tranquilo verano que tanto necesitabas.