Antes
los colores eran formas definidas por la dulzura de esos ojos que ya no me
miran,
también eran formas indefinidas y fugaces,
acariciados
lugares donde convertir la rutina en una especie de fantasía imaginariatambién eran formas indefinidas y fugaces,
una soledad impersonal donde el brillo de esa mirada te envolvía en cautivos sueños
donde naufragar de frió, al calor de su mirada.
latitudes escondidas donde recuperar la paz prohibida,
la luz rota por las sombras que acariciaban tu cuerpo
en la desnudez de la noche.
acariciándote el alma,
recorrían los diminutos instantes en los que una sonrisa inundaba la vida
y descendían cristalinos hasta la quietud pervertida por la semilla de un tiempo impersonal.
que encontraríamos la mejor de las virtudes ataviadas con trajes de un domingo cualquiera,
antes las olas viajaban serenas hasta la quietud de la orilla
y el violento tiempo nos protegía de la fugaz pesadilla
de un futuro cargado con voraz incertidumbre.
a golpe de indecisas palabras,
nos escondía hambrientos de dulces sensaciones el sabor a saliba y primavera,
ávidos de roces y caricias que dormidas durante el silencio invernal
susurraban gemidos de indescriptible pasión.
un espacio en blanco donde describir una simple noticia
un pasaje donde acordar sin refrendo
el sencillo modo de acariciar nuestras manos.
Antes el orgullo nos calcinaba el corazón,
ahora nos humilla y desdibuja como mezquinas caricaturas de nosotros mismos.
Antes los sueños nos convertían en esclavos de una figurada ilusión,
Antes, casi ayer, era ahora.
y desconozco poco a poco
como era la vida…. Antes.
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