Tristeza,
contener el
aire y que su vuelo desaparezca,
entre la
dulce y sonora tristeza de los nombres que
se susurran
y te sacuden la alegría.
Tristeza,
esencial
momento de pena que acude y se desmaya con las flores de la vida entre las
manos
con la
herida de esos días pasados por el agua que salada,
sacude el
hielo de las lágrimas prohibidas.
Tristeza,
poeta y
manos que sonrojan versos
mientras
acarician las pestañas dolidas de estos lamentos que díscolos
no dejan de
acariciar mi cara,
como los
ojos que sangran en copas de domingo sin miedo a que te vayas
porque ya no
estas,
y la
presunta soledad de esta casa
que termina
con una tremenda inquietud
porque la ausencia se viste sin ti.
Y Madrid que se
enciende con la luz de la tristeza
y las
noches que se espantan porque no puedo dormirlas
sin los acordes de aquellas
músicas difusas que has hecho reventar,
mientras
yo
recorría la imaginaria cintura de esas indeseables bondades
que no
quieren esperar a que digas :No.
Tristeza,
viajando por
las venas para que las arterias se rompan
cuando tu
voz se eleve y la tormenta se expanda,
entre la
habitación de un miedo vulgar que se torna cómico,
en la cama
del desolado deseo,
mientras tu
boca se alborota sin que tus labios escupan el ansia por tenerte,
sin que tus
manos recojan la angustia de esa pasión cristalina
que tan
oscura descansa en el placer de la noche,
sin que tu
cuerpo redima esta ansiedad que continúa
para que
esta media noche sin luna sea la postal delicada que adorne
la cama de
quien tanto te profana.
Entre tu tristeza
se harán el
amor y la angustia volverá a ser solo tuya,
y la
ansiedad solo mía,
mientras
recojo los cristales de esos vasos dormidos
respirando
en las manos vacías de este universo tan cambiante
tan fugaz,
tan loco,
tan capaz de
sostener esta inalterable rutina de desechos confinados
por un amor
que
una vez mas, se arrodilla.
Tristeza,
tanto pesan
las palabras que queda prohibido escucharlas,
leerlas
entre la tormenta de este insolente desierto
de tristes
promesas a medio edificar,
ventanas
brillantes donde se estrechan las fachadas
y se reflejan esos sueños que cautivos socorrerán
a la
madrugada sin nombre,
mientras
esta noche se pronuncia sin pudor
en el vacío
de estos versos sin destino final
Tristeza,
para pasar y sentarse mientras todo se redime y al final todo se estalla.
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