VERSOS DE PAPEL,
láminas de exterminio que se acercan a tu boca
mientras los ojos caen al ritmo de la
oscuridad,
Sufren
los agónicos sonidos del futuro,
se divierten solos a la orilla de la carretera
que al advertirte a lo lejos
se curva a la izquierda. ;
De cara a la pared,
como el castigo más usual ante esta hoja de
papel vacía
recojo el temporal y
cuento las lágrimas que jamás
partirán, ya,
de
tus ojos
hasta los míos.
No me quedan ojos, ni lágrimas, ni versos ni
poemas.
Es el trato.
Y los dos hemos perdido.
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