-->
Esperé
sabiendo
que nada resolvería esta indefensión
mientras
nuestro hogar parecía desierto y ausente de presagios con los que
bautizar
los días,
el
ritmo de nuestras pinturas y nuestros símbolos se convertían en
crecientes
recuerdos de un pasado plagado de aguas saladas.
Hace más
de una década que soñamos juntos,
hace más
de once años que jugamos a vivir,
éramos
más que conscientes de nuestra denodada inconsciencia,
locos
milagrosos corriendo a contrapié
en un
mundo cada día más frío y austero,
bañándonos
en la filosofía de nuestras calles,
de
nuestros días, de nuestros errores y compañías.
Espero,
y así
el tiempo se hace a mí como un recuerdo
como
la rosa recita espinas de combativa armonía
y el
frío veranea en nuestros pensamientos de ausente sentido.
Espero,
aunque
esperar no este de moda hace décadas,
aunque
la espera me distraiga de tu lado sin querer, a tu pesar,
y me
acuerde de cuando todo estaba por entender,
cuando
corríamos sin sentido hacia todas partes,
cuando
la vida nos explicaba porque nos lo arrebataba casi todo
y
alejados de ese mundo volvemos hoy con esa melodía con ese sabor a aquellos días,
el
bagaje de los años y las arrugas como marcas de vida,
reforzados
por derecho en nosotros,
con
dos pedazos de vida que nos arrancan de cuajo la carne y el espíritu
pero sin
los que jamás podríamos mirarnos cara a cara sin ellos.
Espero
como cada día abrazarte,
besar
tu espacio más prohibido,
espero
y mientras tanto te recuerdo en mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario