Me guardo la vida...
como ves me guardo una
pequeña parte de lo que sentimos,
un pequeño lugar donde
comparecer tras las esquinas que doblamos día a día.
Me guardo las mentiras y
las dudas, para sorprender con asombrosa admiración esta inusual
fascinación que siento por la vida cuando te pienso
Camino entre esa habitual
desconfianza donde se mecen los días y las perdidas,
donde se abandonan estos
paisajes que la rutina acostumbra a arrebatarme.
¿Porqué los días no son
iguales también para mí?
¿Porqué las palabras me
sangran más de la cuenta y no cicatrizan los recuerdos?
¿Porque los momentos se
abren y deshacen con la lluvia?
¿Porque no me dejo llevar
y todo se enciende y todo se apaga.?
Soy pasión amontonada en sacos de costumbres ociosas.
Soy bandera y
tentación,
soy cabecera de un tren sin
máquina, sin rumbo, sin raíles.
Soy semejante a mí, y
diferente al personaje que la vida me regala.
Soy la espuma que no se
evapora y el jabón que no resbala,
la herida que no escupe
sangre y un volcán de lava que no abrasa.
Soy lo que quiero ser y
aun así,
represento lo que no
tengo
y ansío por avanzar en lo
que no encuentro.
Estás, lo sé,
a veces pienso que me
conoces bien,
que no haría falta mirarme
para que me reconocieras.
A veces pienso que me
taparás los ojos en una calle cualquiera y dirás -¿ quién soy?-
y yo no lo sabré jamás,
pero me gustará sentir que
has vuelto
aunque tus manos no sean ya
tuyas
y tu espacio no sea ya
nuestro.
A fin de cuentas por eso,
yo me guardo la vida.
A fin de cuentas por eso,
yo me guardo la vida.
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