Palabras y acordes que te miran por dentro

Todas las grandes pasiones son desesperadas: no tienen ninguna esperanza, porque en ese caso no serían pasiones, sino acuerdos, negocios razonables, comercio de insignificancias."
Sándor Márai.

miércoles, 24 de enero de 2018

Te pierdo


 


Te pierdo, 
se que te vas porque las letras se me escapan de los folios.

Pienso en ti y todo huye, se desvanece, se esfuma como papelillos de fiesta en noches de tormenta,
como estancias sin alientos de un pasado 
sin recuerdos desgastados e inútiles.

La temporada de palabras y sollozos se extingue
se lleva la templanza y me remite al  odio
y los recuerdos emborrachan las horas para ungir  esta vida inquieta.

Mientras, 
ahogado permanece ese retiro de ausencia serena que llena la noche
y eclipsa los verbos sin ganas de conjugarte.

Te escapas,
parece que te pierdes y en realidad vives tras un tumulto de imágenes prohibidas donde mecer la arrogancia,
donde escribir la importancia de los días sin sol.

Buscas un callejón sin salida donde poder esconderte y atraparte al mismo tiempo, 
y  las calles se hacen grandes 
y los túneles se aprovechan de esos espacios vacíos que sonrojan la noche anaranjada 
por callejones de día y oscuras sombras prohibidas de noche.

Sé que te vas, 
por temporadas la vida te propone que me mires
pero tu te vas.

A ratos largos quizás, 
las hojas se llenen de mis letras y brillen como canciones 
que inacabadas huelen a dulces en el horno de nuestra tahona,
con esa cara que pone el futuro cuando todo es mentira,
cuando todo se acaba y nada va a permanecer.

Hay mares que se inventan olas que te entretienen y enredan a la orilla de mis pies, 
se inquietan y hacen enloquecer a la vida
te ignoran y hacen que veamos luces pastel donde solo las sombras viven.

Hay olas que se esquivan entre si para no tocar tu mirada en ese eclipse de luna que forman tus ojos cuando saben a mar

Y  amaneceres  que se parecen a los días sombríos desde donde te asomas al abismo y ahuyentas de mi.

Hay días  en que la ausencia se dulcifica, 
que se adormece la aurora para que no chille en madrugadas calientes de sabanas frías, útiles, dignas de la muerte mas profunda y bella.

Me di cuenta una mañana,
entendí que la mejor manera de estar juntos era seguir buscándote
aunque tu no quisieras volver a encontrarme. 

Siempre tuve la sensación equivocada  de que a pesar de esto
necesitabas saber que seguía haciéndolo, 
que seguía buscándote.

Y ahora me queda esta emoción cautiva de mis propósitos
encerrada en un olimpo sin dioses
acariciando la tentación de saborear tu carencia
entretenido con las sombras 
jugando entre las sabanas a que no te encuentro
desterrando la rabia y arrinconando el coraje de sobrevivir a tu ausencia.

Me doy cuenta de que te pierdo.

Y se duermen las bocas en busca de tus besos.

Y se cierran los versos camino del buen tiempo.



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