Andas,
En el suburbio de la noche
Y aduciendo tristeza, te escondes de los ruidos y los colores,
Alcohol y ruinas blancas
se adormecen y visitan cada día en estas calles, tu desesperanza,
desiertas de corazones y razones para sobrevivir,
y rodeado de espíritus sin voluntad
acallan tus criticas y disimulan suplicas para no dejarte ver, pensar, subsistir.
Solo la delicada droga del amor
te inunda línea tras línea
hasta no sentir mas, hasta que tu corazón se llena y disuade al vértigo de saltar
pero ya no eres mas que un niño bien, sollozando por las esquinas heridas de la vida,
un elemento vacío que se asoma a los recuerdos con ánimo de venganza, odio y pasión desmedida,
Y vuelves y vuelves,
con el corazón asustado
a caminar por las sombras como únicas compañeras que disuelven y entretienen tu pesadumbre,
y vuelves y vuelves a los orígenes de tu revolución
a sus calles, a sus desechos vertederos de gloria,
y entretienes las miradas con la fantasía de las palabras
sin buscar domino, tentación o excusa entre la maleza que asustada se abre paso ante ti.
Tu territorio
sabe a pasado,
a lejano e inconsciente pasado donde el filo era la vida
donde vivir era un milagro distraído cada día
donde la compasión se fumaba en largas caladas de sombría tentación,
donde la oscura y sedienta semilla de amargura
dividía la mesa discreta de la discordia.
Y volveremos a ser muchos,
despiertos o dormidas volveremos a ser, a no creer, a desorientar los espacios y los versos,
a sentir pretextos de música y ocultos vicios de la noche.
Nos adueñaremos de los sin- motivos,
los uniremos a nuestra causa como misioneros desesperados, pagaran nuestras deudas,
y ahuyentaremos así,
la voz profunda y delicada de la histeria y el sollozo
la palabra sangrada, huida y vertida en tantas copas esta noche de aliento misero
y voluntad dormida….
Ahogado esta el vino, no sabe a vino, no encuentro bebida,
me sabe a sueño crianza, a tamiz dormido, a paladar dominado, quizás,
vainilla y frutos del bosque,
ausencia y temperamento agotado.
Nada que pensar, nada entre mis palabras,
versos inacabados, incluso sin sentido, una noche mas…
No se a qué te refieres, no sé a quien escribes, no se nada de tí, pero cuando leo tu poesía, te siento cercano, y en cada línea y en cada verso, sin pretenderlo, me siento muy identificada, esa es tu magia y esa mi suerte.
ResponderEliminarEsa también es mi suerte, y también es tu magia. Si no tuvieras esa magia no sentirias, no estarias, no serias. Gracias por leerme. Espero volver a verte pronto en mi escondite.... .
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