Nací para abandonarme en el espejo de tus ojos,
en tu delgada y anhelada cintura
columpio de mis lamentos,
en tu ausente presencia nací
para ser humo,
y disolver tu estigma
en la saliva de la vida.
Nací para acariciarme en tus manos
con sus delicadas yemas,
y tejer sueños de incontrolada vergüenza
durante tus repetidas ausencias.
Nací para abrazarme a tu voz
y con su quebrada armonía
envolver este nombre mio
como un regalo entre tus labios.
Nací para esconderme de tu boca
en esa cavidad oculta que entre tu pecho me inunda
y que un disfraz de noche y fantasía
luciera como traje cada uno de nuestros días.
Nací para que tus brazos peregrinos,
se anudaran a mi vida como tus recuerdos,
y con su delgada estructura,
entretejieran palabras escritas, versos azules,
poemas inéditos que jamas nadie leería
Nací para mirarte,
para ocultar tu nombre en esta luna de invierno.
Nací para tus manos
para tus labios y tus dudas.
Nací para tu lado, para acurrucarme en tu espacio,
y también para tu pelo,
para enroscar mis palabras en ese olor a principio
para deslizar por tus manos el sabor de las semillas que saben a tu labios
nací para tus roces, tu compasión y tu ira
nací para ser huérfano en la soledad que me produce esta herida
nací para ser cielo
nací para tu espuma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario