Hay cenizas desiertas
y mares
de sonámbulas olas que pronuncian tu nombre,
hay
estiércol en las voces
en
sus crepusculares palabras,
y
caminos poblándose de arena
en ese corazón pálido por la ausencia.
Hay
espejos que te arrastran
y
sueños con palomas de alas rotas
que
se olvidan de ti en la madrugada,
hay
tinieblas en los ojos
y
recuerdos que te instigan seductores
en
la habitación de olvido.
Hay
sentencias mensajeras del miedo,
que
recitan tu pasado
que
te devuelven al sueño,
que
te arropan y engañan
que
te enloquecen y explotan.
Hay
tiempos de inmortales recuerdos,
y
presentes que viven de ellos,
y
futuros carentes del resto.
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