Ven

Ven,
déjame que te cuente lo que ya no sueño a tu lado,
déjame que acaricie las formas de tu ausencia con las yemas de mis palabras
deja que mezcle con versos los cafés que no te tomas a mi lado
las palabras que ya no endulzan la infusión de las mañanas.

Ven,
acércate a mis labios,
acuérdate de los besos que siempre escribían largos poemas hablando
de los olores tenues del otoño,
de los permisos que sin querer nos dábamos para saltar de la cama con ese pijama infiel de los domingos.

Ven,
deja que te acaricie por ultima vez mientras la hojas se esconden hasta la primavera,
deja que te susurre domingos sin dormir y pasiones que arden sin poderse apagar,
deja que termine de recorrer los espacios que ocultos duermen en medio de esta noche sombria
sin ti.

Ven,
parece sencillo dejar de pensarte,
como si las cosas cuando desparecen ya no estuvieran mas,
como si guardar las toallas de la playa hiciera que despareciera el verano
como si sacar la ropa de invierno se adueñara de nuestro armario de motivos
y se acabara de un plumazo el calor, las dudas, el recuerdo del mar
los sonidos del verano... .

Pero me temo que no
que es mas bien al contrario,
las cosas que se esfuman, que se desvanecen
son las que mas dolor y espacio ocupan,
las que se quedan sin pedir permiso
las que permanecen hasta no se cuando,
hasta no se donde.

Anda, ven,
deja que te sonría
y sin miedo
deja que mis manos sujeten la inspiración de esta mañana compleja,
deja que te pronuncie
aunque después te vayas
aunque después no leas los versos que tantas veces te escribo,
como hace tantos años ya... .

Ven y quédate apenas dos lagrimas.

Ven y suspira las razones que te harán volver.

No seas orgullosa,
empuja la puerta y ven.