Y jugué... .

Te conocí perdida en un mundo de notas,
acordes clandestinos que entretenían la memoria mientras
ausente de luces y
bailando entre penumbras
me acostumbré a despeinar tu nombre,
a entretener tu risa
a complicar mis manos con tu boca,
a sorprender mi ganas con tu cuerpo.

Te conocí entre un mundo de palabras,
motivos esenciales para aconsejar verdades que no compartías,
regalos envueltos en papeles de silencio
que se rompían con dedos cargados de señales.

Te conocí entre versos
encogiendo tus pupilas asustadas por los sueños prohibidos,
en el país donde envejecer secretos
y acurrucar códigos prohibidos
amaneciendo mientras la vida nos regaba el tiempo de abrazos y amores.

Te complique en el astuto lugar donde sobrevivimos a la paciencia de los impuestos esquemas,
mientras anochecíamos enjuagandonos la vida,
con las manos de tantos desvelos, 
los ojos de tantos anhelos
los labios del perfecto consuelo.

Debí conocerte sin saber quien eras
aunque los años discurrieron entre finas texturas de colores
dulces aromas de pasados sabores 
y olores a regaliz que se ataban a tu falda.

Debí conocerte entre esa luz que siempre divisaba tu cara
entre esa desprevenida madurez con que congelabas la rabia
con esa soledad que escondías en el fondo de tu almohada.

Por eso un dia dijiste adiós, hasta pronto, no me sigas...
y estatuas de motivos se pararon ante ti,
admirando inquietas la extraña silueta que enloquecia sin saberlo
a todos y cada uno de estos versos. ....

Te conocí sin saberlo,
intentado proteger lo que no se puede defender,
intentado disolver esos espacios discretos que no acaban en ti,
que nada saben de mi,
acariciando un rumor, un brillo, una sensacion
el frio de una despedida
la trampa con que la vida te invita a jugar.

Y jugué... .