Palabras y acordes que te miran por dentro

Todas las grandes pasiones son desesperadas: no tienen ninguna esperanza, porque en ese caso no serían pasiones, sino acuerdos, negocios razonables, comercio de insignificancias."
Sándor Márai.

jueves, 6 de abril de 2017

Hora de salir.


 



Te pierdo,
se que te vas porque las letras se me escapan de los folios
porque pienso en ti y todo huye, 
se desvanece, 
se esfuma como papelillos de fiesta en noches de tormenta,
como estancias sin aliento de un pasado
de recuerdos desgastados e inútiles.

La temporada de palabras y sollozos se extingue
mientras ahogado permanece ese retiro de ausencia serena que llena la noche
y eclipsa los verbos que sin ganas te conjugan.

Te escapas, parece que te pierdes y en realidad te escondes,
buscas un callejón sin salida donde poder esconderte 
y sin embargo las calles se hacen grandes y los túneles se aprovechan de esos espacios vacíos 
que sonrojan la noche anaranjada por callejones de día 
y oscuras sombras prohibidas de noche.

Sé que te vas, 
por temporadas la vida te propone que me mires
y te vas. 

A ratos largos quizás las hojas se llenen de mis letras y brillen como canciones que inacabadas huelen a dulces en el horno de la tahona,
a medio hacer pero con cuerpo y esencia,
con carga de futuro, de mesa, mantel y café de media tarde
con luces de artificio y olor a hierbas derretidas en los platos de esta casa desprendida.

Y  los mares se inventan  olas que te entretienen y enredan a la orilla de mis pies.

Y los amaneceres se parecen a los días sombríos desde donde te asomas al abismo y ahuyentas de mi,
dulcificando esta  ausencia, 
adormeciendo a la aurora para que no chille en estas madrugadas calientes de sabanas frías
y así separar  las cartulinas vacías que en otro tiempo pintabas para mi.

Me di cuenta una mañana,
entendí que la mejor manera de estar juntos era seguir buscándote aunque tu no quisieras volver a encontrarme. 

Siempre tuve la sensación equivocada  de que a pesar de esto necesitabas saber que seguía haciéndolo, 
que seguía buscándote.

Y ahora me queda esta emoción cautiva de mis propósitos
encerrada en un olimpo sin dioses
acariciando la tentación de saborear tu carencia
entretenido con las sombra,
jugando entre las sabanas a que no te encuentro,
desterrando la rabia y arrinconando el coraje de sobrevivir a tu ausencia.

Me doy cuenta de que te pierdo
Y se duermen las bocas en busca de tus besos
Y se cierran los versos camino del buen tiempo.

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