Palabras y acordes que te miran por dentro

Todas las grandes pasiones son desesperadas: no tienen ninguna esperanza, porque en ese caso no serían pasiones, sino acuerdos, negocios razonables, comercio de insignificancias."
Sándor Márai.

viernes, 22 de diciembre de 2017

La vida nos miente




 


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Serena costumbre la de tus palabras sobornándome en silencio:

-Ten paciencia, aquí te espero -  dictan tus labios cuando provocas a las letras y acompañas a los versos

Y mientras,
un sofoco con sabor a limón resbala por la yemas de mis dedos sin poder apaciguar los golpes ciegos del teclado,
sin poder acostumbrar a que los deseos duerman el orgullo y su desprevenido secreto
hasta que el tiempo nos adopte y nos mime,
hasta que los labios se vuelvan bocas y los sonidos enigmas solitarios,
con esa cadencia peligrosa que suma y vierte de espejismos mi solitaria habitación.

Me serenas entre esos suspiros que jadean firmes desde ese lugar con sabor a sal
desde el que me escribes: una habitación solitaria, un despacho de luz artificial, una sensación cautiva entre las miradas de un personal casual e inapropiado. Verbos, pronombres y consejos.
Mientras,
tu mente escribe y tu silencio provoca un misterio en los ojos que te miran desde nuestra fotografía.

Un rincón de invierno,
de pantalones cortos y media finas.
Será simplemente el sueño al que no me atrevo y sin embargo deseo.

Me calmas, debes verme demasiado angustiado, inquieto. 
Me templas, tranquilizas, suavizas. Quizás porque a ti también el miedo te atenaza y esconde, 
te provoca y suscita pensamientos esquivos que se aparecen sin permiso... una llamada, una esquina rota, un volcán de miradas en tu café de siempre, una habitación en penumbra... soy yo quien está al otro lado. 

Y sin embargo se que la vida nos miente.

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