No sé si esos oscuros vendavales acabaran contigo en
algún sitio.
Ni si los recuerdos o las flores marchitas
recorrerán tu cama en busca de consuelo.
No sé si te alejaras vacía o te
alimentaras entre esas sabanas de dudas con la esperanza de volver a
volver,
de sentir las primeras palabras para dejar de
sentir
y al final rozar esa inconclusa sensación
de agonía que ahora te debe recorrer la vida.
No se si al otro lado consigues reposar unos minutos
para pensar mas allá de lo que es racionalmente correcto.
O si te dejas enganchar por pensamientos que no son
lógicos aunque sientas una deriva en ellos que los convierten en reales.
No sé si te dejas tocar por la brisa o la distancia
por la agonía
o esas mutantes alegrías que tanto te
hacen llorar.
Ni tan siquiera se si serás capaz de bajar esa colina,
montaña, escollo... Infinitos nombres para dejarse llevar por la sombría calle
donde se asoman los versos,
esperando a que el sol profundo los convierta en
poesía.
No sé si ya te has ido.
No sé si estas, si aún resistes.
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