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No voy a evitar mi deseo
por no tenerte esta noche.
No voy a consolar mis lágrimas con tu ausencia, simplemente porque no aparezcas en la orilla de mi rutina.
No voy a olvidar tus palabras porque se borren entre las huellas de tu playa imaginaria.
Ni esconder en mi memoria esas fotografías donde insinúas sensaciones que se pierden lejanas cada noche sobre mis sabanas.
No voy a consolar mis lágrimas con tu ausencia, simplemente porque no aparezcas en la orilla de mi rutina.
No voy a olvidar tus palabras porque se borren entre las huellas de tu playa imaginaria.
Ni esconder en mi memoria esas fotografías donde insinúas sensaciones que se pierden lejanas cada noche sobre mis sabanas.
Soñaré que todo es
mentira y resucitaré al lado de las piedras vencidas por un marea cálida y
alborotada.
Recurriré a los sarcasmos
que tanto te enquistan y se pegan a tus manos como esa gruesa y húmeda arena que araña tus manos en la
orilla
y me alimentaré del
pasado, siempre que tu espacio quede vacio entre mis labios.
Quizás no sientas mis
labios, ni el murmullo penetrante de mi cuerpo junto al tuyo.
Quizás no sientas mis
manos, ni el roce pausado de mis dedos entre tus agitados sueños.
Quizás no seas real, ni
siquiera verdadera, pero muchas noches, cuando el sol se acuesta al lado de
esa luna tan tuya, yo me quedo dentro de
ti hasta que las primeras luces te alumbren de nuevo a la vida.
No voy a renunciar a las
palabras,
aunque estas al final no
lleguen mas y se rompan
se enquisten
o no tengan ganas de volar
porque el mundo se distraiga
y ya no lean en tus ojos
el sabor de la poesía.

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